Buenos días de miércoles. Hoy os dejo con un desfile delicado y potente a la vez cargado de brillos y de detalles especiales.
La nueva colección de Christian Dior parece haber buscado, de nuevo, inspiración en la danza. Prueba de ello son las tonalidades de sus diseños: blanco, negro y nude, y la puesta en escena, gracias a las actuaciones sobre la pasarela y al maquillaje dramático con ojos negros muy marcados por arriba y por debajo, con lágrima incluida, y el rostro cubierto con un gorro brillante y un velo de rejilla ajustado. Entre los diseños hay delicados vestidos largos, con detalles estampados, piedras incrustadas o acabados satinados. Pero también hay minivestidos plagados de brillantes con medias a juego rematados en zapatos tipo bailarinas con tiras cruzadas en el empeine. Los pantalones hacen acto de presencia en monos negros o conjuntos de dos piezas con shorts y chaqueta ajustada.
En general, se trata de una colección que supone una delicia para los sentidos, de la que destacaría, por ejemplo, los botines de brillantes y estrellas a media pierna, cualquiera de los trajes en negro o las tiras de colores de algunas faldas.
Besitos
B
Fotos: Vogue