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Mostrando entradas de noviembre, 2016

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No me lo puedo creer. Nada o casi nada. En las últimas semanas han pasado tantas cosas increíbles que hay ratos que me cuesta asimilarlo todo. Hay tantas cosas en las que centrarse y a las que dedicar la atención que no se cual va por encima de cuál. Hay ratos que van todas a la vez. Aunque otras sí que hay algo que predomina y tanto si es bueno como si es malo marcará el resto. Diría que ahora mismo solo tengo una presente. Pero a lo mejor mentiría. O no. Quién sabe. Yo ya no estoy segura de nada. Bueno. Solo de una cosa. O de varias. De unas cuantas, puede. Pero no puedo decirlas. No aún. El tiempo las dirá solas y solo hará que confirmarlas. Hoy termina noviembre. Uno de los noviembre más increíbles de mi vida. O casi el que más, que yo recuerde. Lo que sí sé que será es inolvidable e imborrable. Porque en él han pasado cosas que llevaban años esperando a suceder y cosas que perdurarán para siempre. Y no solo en el tiempo o en el recuerdo... Sino en algo más... Besitos B

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¿Habéis sentido alguna vez la sensación de que estáis haciendo algo de lo que no hay vuelta atrás? Las cosas increíbles no solo pasan a la gente sino a uno mismo también. Y a veces tomamos decisiones desastrosas que nos llevan a situaciones en las que en realidad no queremos estar y otras veces acabamos sin querer viviendo momentos que nos encantan pero que tampoco nos podemos creer. Muchas veces la vida nos supera. La realidad nos descubre mundos que ni imaginábamos y  llegamos a un punto de no retorno en el que cualquier cosa que hagamos solo servirá para seguir hacia delante, no sabemos en qué dirección ni con qué consecuencias pero del que ya no se puede regresar. Es como el momento de despegue de un avión. Daría cosas por volver a vivir alguno de esos momentos de no retorno y daría otras por borrar alguno en concreto. Pero no daría nada por nada en realidad porque las cosas ocurren sin depender de nuestros deseos. En este noviembre de principios del que quedan poco más que 24h

Sujetador lencero Stradivarius

Las prendas de encaje se lucen ya no solo como parte de la ropa interior sino del estilismo entero puesto a la vista. En concreto, los tops o sujetadores con puntilla que asomando por encima de cualquier camisa desabrochada hasta cierto punto o de un jerséi puede dar el toque sexy que siempre viene bien. Os dejo unos cuantos modelos de Stradivarius. Sobre todo se ven en color negro pero también existen otros como en granate que mantiene su misma función. De escote en pico, redondo, con cuerpo. Aquí .  Aquí .  Aquí . Aquí . Aquí .  Aquí .  Aquí .  Aquí .  Aquí . Besitos B Podéis seguirme en Twitter  @ bmyowndiary

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Se activa de nuevo el noviembre de principios. Y este es para siempre. O para nunca. Porque tiene un poco de ambos y los dos en el mismo sentido. Los años de pensamientos se materializan en un trozo de vida. Las decisiones acertadas que siempre supimos que serían las correctas. Eran nuestras. Hoy forma parte de mí. De este año 2016. De este noviembre. De esta vida y de esta etapa. Un instante en el tiempo grabado a fuego. Con él, miles de recuerdos y la certeza de estar donde tiene que estar. Ahora más que nunca. La piel lo sabe. Yo lo sé. El tiempo también. Besitos B

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Los días mojados pueden ser los más beneficiosos. Algo que esté seco no tiene vida, no es dinámico, no tiene gracia. A lo mejor por eso la vida se desliza sobre esos momentos en los que el agua fluye de donde sea y se lleva a su paso lo que tiene que llevarse, y deposita en las orillas lo que debe. El agua. A lo mejor ella lo guía todo. Aunque no nos demos cuenta o nunca lo hubiéramos pensado. Aunque siempre aparezca el segundo día y pensaras que era un fastidio. No puede ser malo el agua. Algo que llevamos dentro, que se derrite en nuestras manos, o en cualquier parte, de cuerpo también. Agua que caía sobre el coche, sobre nosotros, sobre el paragüas que se hizo miles de kilómetros para quedarse en casa. Agua dulce y con sal, rica, salada, cántabra, fría entonces. Caliente también, donde fuera. Donde tenía que ser. En todas sus versiones y a cual mejor. No hay quejas. No las tiene. No las veo. Besitos B

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Hoy coincide el número del día con el número del día. Hoy es suyo. Hoy es el día en que se ha convertido en campeón del mundo de Fórmula 1 por primera vez. Hoy es el día en el que su dorsal y su paso por la máxima competición del motor será recordado para siempre, si ya lo era antes, a partir de hoy más. Hoy vuelve a ser un día de este noviembre de finales. Y a la vez de principios. De principio de las celebraciones que se alargarán en el tiempo y de una era que no finalizará hasta noviembre de 2017. Hoy toca de nuevo y como siempre recordar. Recordar la merienda de aquel domingo por la tarde en el que una temporada más se acababa el circo. Recodar el vídeo de despedida que se cortaba pero que alguien me enseñó. Recordar cómo empezó esto y compararlo con cómo ha terminado. Recordar las carreras, los momentos, los días de gran premio o las clasificaciones que no pude ver por razones obvias. Recordar el parón en verano y la vuelta en Bélgica. Recordar la cita en julio, en su propia tier

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Siempre es bonito volver. Volver al campo verde, las gradas azules y las camisetas blancas. Volver al frío de la noche, aunque sean las 16:00h de la tarde. Volver a la lluvia, siempre con lluvia. Volver a recordar, la primera vez, unos años atrás, no sé si muchos o pocos, que parecen lejanos pero que nos agradan tanto que no podemos dejar de sentir lo mismo que en aquellos momentos. La primera declaración, la primera reacción, la primera vez que me di cuenta. Tal día como hoy. Pasando frío y sintiendo un calor sabiendo perfectamente de dónde venía. Una puerta que se abría. O que ya estaba abierta más bien. Recordar la segunda vez, cuando todo había vuelto. Cuando todo, una vez más, volvía a ser increíble. Recordar el tercer año, cuando el día no terminaba ahí y las sorpresas a las que entonces nos agarrábamos estaban presentes, a partir de cuando todo empezaría a cambiar, otra vez. Recordar el tercer año, cuando tenía al lado algo más que una butaca ocupada. Cuando completamos el cuad

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A veces hasta que no vemos las cosas no nos damos cuenta del daño que hacen. Dicen que ojos que no ven corazón que no siente y no sé hasta qué punto es verdad. La imaginación también da mucho de sí. Tanto que a menudo va más allá de lo posible. Y a lo mejor duele tanto cuando las cosas que pasan son aquellas que siempre vimos como imposibles. El más mínimo detalle puede empañar un buen día. Y lo más grande que tenemos entre manos puede tambalearse si no está en orden lo que debería estarlo. ¿O es que tal vez no debería estarlo de serie? ¿Quién decide lo que tiene que estar bien o lo que no? Ni idea. ¿No? El caso que lo que un día nos gusta al día siguiente lo rechazamos. Los días de lluvia que pueden ser preciosos, inspiradores y tranquilos pueden convertirse en verdaderos caos, oscuros y lúgubres. Y es muy, muy difícil que no contagien el resto de variables que sí que podemos resolver. Pero no imposible. Igual que lo que nos imaginábamos... Besitos B

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Todos los años el mes de noviembre tiene un día tróspido. Así lo bautizamos el primer año que empezamos el recuento y del que salió lo mejor que nos ocurrió ese diciembre. Aunque hubo muchas más. El caso que 2016, y más visto lo visto, no iba a ser menos. Una mala casualidad, un olvido, un recuerdo que no viene a cuento, un pinchazo, unos cristales.  Todo para arreglarse en un rato en el que alguien te dice no lo que quieres oír si no la verdad. Y te gusta, porque te gusta esa verdad y porque sabes que la es. Aunque dentro de esa verdad quepa de todo. De todo. Besitos B

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De la misma manera que me gusta un día en concreto me gustan los anteriores porque contienen toda la ilusión de ese momento. No siempre es correspondiente porque no siempre se cumple, pero la emoción no te la quita nadie. Además, hay ocasiones en las que muy pocas cosas pueden suceder que las enturbien y muy pocas pueden hacer que sean aún mejor. Pero se dan. Claro que se dan. Por eso este día 14 previo a mi día, a tantas cosas y a mi día por tantas cosas, me gustó de una manera seg´´un la cual no hubiera imaginado lo que sería el día, cuando llegase. Todos los años el mes de noviembre tiene un día tróspido. Así lo bautizamos el primer año que empezamos el recuento y del que salió lo mejor que nos ocurrió ese diciembre. Bueno, hubo muchas cosas que podrían calificarse como "mejores" ese último mes del ese mejor año.

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El miércoles descubrimos la magia que había vuelto. Pero no fue igual. Hay cosas que piensas que van a ser bonitas y las esperas con ganas pero cuando las tienes delante, aunque te esfuerces por disfrutarlas, ves que en realidad no tienen eso que tu te esperabas. Por el contrario muchas otras veces encontramos cosas que nos gustan en sitios que no esperábamos. Nos adentramos en historias que nunca se nos hubieran ocurrido a nosotros pero en las que encontramos algo que nos gusta. Son bonitos descubrimientos. Especiales. Que además nos recordarán siempre al momento en el que nos dimos cuenta. Y las que nos decepcionaron tampoco las olvidaremos, no se puede, es muy difícil hacerlo, pero de ellas sacaremos una lección. Poco más. por eso recordaremos primero las otras. Las que en realidad nos gustaron. Pero las que nos gustaron de verdad. En el momento que sucedieron. Las que disfrutamos en el mismo momento en el que estaban ocurriendo. No antes ni después. Porque eso son solo suposicione

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Es sorprendente ver la de cosas que suceden que escapan a nuestro control. Me atrevería a decir que todas aunque en alguna ocasión pensemos que las cosas están saliendo tal y como las planeamos. Seguramente sea mentira. Y es ahí cuando viene a la mente esa escena de El curioso caso de Benjamin Button en la que se empieza a pensar en lo que hubiera ocurrido si... En como de diferentes serían las cosas si... o si no... Pues momentos de esos tenemos todos los días aunque no siempre nos paremos a pensarlos, porque nos resultan demasiado complicados y no nos apetece llenar nuestra cabeza de absurdas posibilidades que no han pasado y por tanto no pueden cambiarse en ese preciso momento en que ocurrieron. Pero no creo que esté mal de vez en cuando hacer un parón en medio del caos y fijarnos en lo que tenemos y en lo que no, y en por qué lo tenemos o por qué no. Es curioso ver como las cosas pasan o no sin que podamos hacer nada para evitarlo aunque pensemos que la decisión, correcta o incorr

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Como bien dije noviembre de 2016 está lleno de días marcados. Hoy hemos llegado a un nuevo punto de inflexión. Hoy puedo decir algo que ayer no. Algo ha cambiado. Otras cosas no. Siguen igual. Quietas. Paradas. Y no se sabe cuando volverán a activarse. Solo se sabe que no durarán mucho más así. Porque las cosas que tienen que explotar acaban saltando por los aires. Como las palomitas en el microondas. Aunque no te gusten o aunque ni siquiera lo sepa. Lo único que quiero es compartirlas contigo. O decir que las voy a compartir y nunca hacerlo. Que más da. No serán lo importante. Quizás lo importante al final no es eso que ha cambiado, si no eso que parece que ha evolucionado pero que en realidad es lo mismo de siempre. Lo que nunca cambió. Lo que nunca se fue. Lo que siempre estuvo, esta y estará. Eso es lo único seguro. Besitos B

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Muchas veces no descubrimos cosas nuevas porque a nosotros por sí solos no se nos ocurriría probarlo. En ocasiones necesitamos del empujón de alguien para atrevernos a hacer cosas distintas. Normalmente de alguien cercano, que nos conoce bien, a nosotros y nuestros gustos y del que nos podemos fiar porque lo que hacen es pensando en nosotros. Otras veces nos dejamos guiar por extraños desconocidos en un momento de insensatez que puede enseñarnos buenas experiencias. Y en otras terminamos por hacer únicamente lo que queremos. Pero siempre siempre nuestra decisón irá por delante del resto. Por muchas cosas que nos digan, muchos consejos que nos den, muchos ejemplos que nos pongan. Las ideas en la cabeza son propias y exclusivas y por ello son tan  tan valiosas que nada ni nadie puede ni debe cambiarlas nunca. Pueden estar movidas por ello, pero nunca determinadas. Besitos B

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Siempre viene bien recordar los momentos que marcaron un antes y un después en nuestra vida. Cuando algo cambió y nada volvió a ser igual. Porque esos son los verdaderos, los importantes, los que definirán nuestro futuro y todas las cosas que pasan a partir de ahí. Nunca más se repetirán, no igual. Porque las primeras veces es lo que tienen, que solo ocurren una vez. Pero esos momentos han sucedido y por lo tanto son únicos e irrepetibles. Pero sobre todo inolvidables. Seguro que todos tenemos miles de momentos así, pero hay alguno en concreto que nos viene a la cabeza antes que otros cuando empezamos a recordarlos. En concreto unos pocos. En concreto uno. En concreto, sí.  Besitos B

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Dos semanas. Ni más ni menos. 15 días que si hacen honor al día 15 de este mes no necesitarán descripción. No pienso hacerla. "Sería como describir una catedral diciendo que es un conjunto de piedras que acaban en punta". Frase que vale para ayer, para hoy y para siempre que sea de utilidad. Planear todo siempre no es bueno, no tiene emoción ni esa pieza de incertidumbre y además de miedo que es necesario en cualquier situación. Pero las cosas que pasan mientras se piensan también forman parte del plan. Y por consiguiente de la historia. La compañía es lo de más, el lugar lo de menos. Y el hecho, lo mejor. Sin embargo el lugar más inhóspito o frío puede convertirse en esencial en un momento determinado. Por eso recordaré este sitio en el que hoy terminaron horas y horas de invierno sobre todo, de luces naranjas, pero también de verano, de olas en el Cantábrico y de subidas de marea. Hoy ha vuelto la magia y un poquito de ella se ha quedado en ese sitio. Pero el resto se vien

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Una vez más noviembre de 2016 se convierte en ese mes de principios y de finales. Cuando sale a la luz el principio del fin. Fin a una historia inexplicable. Como son las cosas especiales, que muchas veces no se pueden explicar y es mejor que sea así. Fin a los enredos y misterios de unos personajes que nunca llegaron a existir pero que nos hicieron recorrer lugares recónditos de Barcelona imaginando que ellos los habían pisado. Pero se abre un nuevo universo, una nueva historia llena de palabras, de frases para el recuerdo, estoy segura. ¿Lo bueno? Que se puede releer las veces que queramos. La historia que sea, esté o no escrita. En papel o en la memoria. O en el corazón. ¿Lo mejor? Que exista. Besitos B

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A veces necesitamos unos días, unas horas o un momento para asimilar algo. Hay cosas que llevan más tiempo: semanas, meses, años. Pero lo más importante es el día después. Cuando todavía tenemos la cabeza llena de los momentos que no podemos quitarnos y que nos hacen formar la idea que tenemos de ese asunto en cuestión. Esta puede que sea la que recordaremos siempre o no. La mente tiende a olvidar los malos ratos. Pero los buenos se quedan grabados a fuego desde el primer momento y eso ya nadie nos lo puede quitar. Lo mismo que con los malos, sí, pero por eso es importante saber cuáles merece la pena recordar, con cuales es mejor quedarse y con cuales queremos vivir. Para poder sobrevivir. Besitos B

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Cuando las cosas empiezan o terminan no estamos pendientes de ellas. La mayoría de las cosas que tenemos empezaron de maneras que puede que ni nos acordemos. Otras sí, porque fueron tan importantes desde el primer momento que nuestra mente o quién sabe el qué, lo calificaron de una manera destacada desde ese mismo instante, cosa que tampoco sabíamos y que descubrimos con el tiempo cuando miramos atrás y vimos que el recuerdo es nítido y la sensación, la misma. Besitos B

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Hay días que cambian enteros por un segundo, un momento, algo que nos han dicho, que hemos oído o que ha pasado, y que tienen la capacidad de cambiar el rumbo de ese día, por pequeños que hayan sido los motivos. Pero nunca se sabe cómo va a amanecer al día siguiente. Quizás nos pasemos la noche pendientes de algo que no tiene remedio y al entrar la luz por la ventana se escriba nuestra cama la lista de cosas que nos van a pasar ese día. Aunque como estaremos durmiendo o demasiados preocupados intentándolo, no las veremos. Entre otras cosas porque la única manera que tenemos de verlas es cuando estén pasando o cuando ya hayan pasado, en caso de que sean tan increíbles que no nos las creamos en el mismo momento. Besitos B

15 de Noviembre de 2016

Hoy una vez más es mi día especial del año pero no uno cualquiera. Nunca imaginé que pasaría este día así. Hace un año ni siquiera me planteaba algo diferente pero la vida no deja de sorprender. Para bien o para mal. Pero hay veces en los que los planetas se alinean y luce en el cielo la superluna más grande los últimos 70 años para devolvernos algo que nunca se nos quitó del todo, que nunca fue nuestro ni dejó de serlo y que nadie sabe si algún día lo serà pero que mientras dura, es. He aprendido muchas cosas en los últimos 366 días y desaprendido otras. Pero en solo 24 horas me he dado cuenta de lo inesperadas que pueden llegar a ser algunas cosas y de lo que gusta que así sea. Por lo inesperado, espero vivir otros 365 días inesperados y celebrar otro 15 de noviembre sin saber de qué manera. En absoluto. Besitos B

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Para alguien con buena memoria es muy difícil de olvidar todo. Lo bueno y lo malo. Pero es curioso como con el tiempo aunque el dolor no se vaya las cosas se suavizan y poco a poco dejan de molestar, que no de importar. Día 13, día no apto para volar o empezar algo. No. Día de volar, de empezar algo o de terminarlo, pero de vivirlo. Día de recordar también, cómo no. De pensar en 365 días atrás. 366 si tenemos en cuenta que este año ha sido bisiesto. De revivir cada momento de aquella fatídica semana que tenía todo el rato una parte buena, la misma, la que ya no está. Con la que ya no se sabe qué ha pasado. Quizás porque no tenga respuesta. Quizás porque no tenga explicación. Quizás porque no tenga sentido. Quizás porque no tenga ganas ya de saberlo. Besitos B

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A veces lo mejor que puede pasar es levantarte en una cama que no sea la tuya. En un lugar que no sea tu casa, una ciudad en la que no vives y un país en el que no has crecido. Despertar en Ginebra era todo eso. Era disfrutar del calor del reducido piso mientras fuera no se superaban los 5 grados. Sacar el máximo partido de las pequeñas cosas y nunca mejor dicho. Una cama y dos metros cuadrados más. Suficientes para concentrar en tan poco espacio tantas risas y tantos momentos. Tanto calor en medio de tanto frío. Besitos B

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Hay fechas que vienen marcadas en rojo en el calendario. En el mío propio, en el que yo me dibujo cada año que empieza. El 11 de Noviembre es una de ellas. Este año más especial aún. Pasar ese día volando con mi amor para dejar atrás unas cosas, descubrir otras y centrarme en las importantes es la mejor manera que tenía de pasarlo. Ni el frío podía enfriar un momento así.  Besitos B

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Hay cicatrices que van por dentro y no se ven pero se sienten. Las siente la persona que las lleva y pueden llegar a sentirlas hasta las que están cerca de ella. Y luego hay otras que van en la piel. Que se sienten, que dolieron, que perduran y lo harán hasta siempre. Que marcaron un trozo, una parte de algo o alguien. Ahí donde nunca más volvió a ser igual que antes: ya no crece, ya no pasa desapercibido, se nota, pero no se toca porque aún un año después sigue dando miedo. Miedo a que duela, a estropearlo. Mejor dejarlo como esta.. Hoy hace un año que la llevo conmigo. Profunda como el primer día, pero con otra piel, otras sensaciones, otras historias encima de ella, y debajo. Ni el tiempo, ni el agua, ni la sal del mar, ni los besos ni las curas han logrado hacerla desaparecer. Y de ahí sí que derivan esas cicatrices internas, las que no se ven a simple vista y que solo puede ver quien nosotros queramos. Quien nosotros elijamos. Y por supuesto, quien quiera verlas de verdad. Para q

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Después de la tormenta siempre llega la calma. Después de un día agitado hay uno de descanso. Después de una etapa más oscura hay otra más clara. Los días como ayer sirven para darse cuenta de que nada se acaba y todo sigue. Y que cuando llegue un entonces le seguirá un después. Las nuevas historias se escribirán solas y aquí estaremos nosotros para contarlas. Besitos B

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Un. Uno. Una. Un día. Una semana. Un mes. Un año. Un billete. Una canción. Una frase. Una palabra. Un momento. Un instante. Un lugar. Una persona. Una única posibilidad. Una única forma con todas las posibilidades. Una unidad independiente multiplicada por tres. O por el número que sea. Pero siempre una. A veces no hace falta más. Besitos B

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Creo que nunca he vivido un Noviembre así. Está claro que ninguno es igual que otro así que este es una vez más, distinto. Ni mejo ni peor, solo distinto. Es lo que yo he bautizado como el Noviembre de las cuentas atrás. Dos, cuatro, siete, nueve, veinticinco. Hay tantas cosas por las que sonreír y tantas otras por las que llorar. O a lo mejor no hay tantas. Solo hay una que vale por todas y que aunque a nadie importe a mi sí y con eso me vale. Besitos B

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Igual que los días de lluvia pueden ser buenos los días soleados no tienen por qué ser espectaculares. A veces no necesitamos razones ni para estar bien ni para estar mal. Y otras nos basta el más mínimo detalle para arreglar o estropear un día. El problema es cuando dejamos que una tontería nos arruine el resto, normalmente asociado a gente que no merece que estemos mal por ellos, y lo bueno es cuando sabemos sacar todo el partido de cualquier cosa, y sobre todo sin buscarlo. Es decir, tampoco hay que volverse loco buscando con lupa el rayo de luz si no lo encontramos. Normalmente las cosas que más se buscan son las que nunca se encuentran. Por eso es mucho mejor dejar que las cosas nos sorprendan, que la vida nos pille desprevenidos y que no estemos pendientes de nada, sí, de nada, en ocasiones es lo MEJOR que podemos hacer. Y así y solo así un día descubriremos qué es eso que ha fallado o que ha salido bien. Y nos  sorprenderemos. Sólo así seremos capaz de darnos cuenta de que las

Vestidos negros reinventados, por Stradivarius

Un vestido negro es lo más socorrido que podemos encontrar cuando necesitemos formar un look algo más especial. Las posibilidades son infinitas para ir arreglado pero sin pasarse: vaqueros, pantalones negros, camisas o collares... pero si lo que queremos es llevar vestido la opción del llamado 'little black dress' sabemos que siempre será acertada. Podemos encontrar miles en todas las tiendas. Estos que os enseño hoy son todos de Stradivarius de esta temporada. Pegados, sueltos, con adornos, lisos, manga francesa, larga o tirantes, con cintas, detalles de color, flores o encaje. Os he dejado las fotos que muestran en su página web con los look completos para que veáis las posibilidades que tienen. En especial, la manera de restarle seriedad a un vestido negro, llevándolo con cazadoras vaqueras y botines, por ejemplo. ¿Os gusta esta manera algo diferente de lucir vestidos negros? ¿Con qué estilo os identificáis más? Besitos