Siempre es bonito volver. Volver al campo verde, las gradas azules y las camisetas blancas. Volver al frío de la noche, aunque sean las 16:00h de la tarde. Volver a la lluvia, siempre con lluvia. Volver a recordar, la primera vez, unos años atrás, no sé si muchos o pocos, que parecen lejanos pero que nos agradan tanto que no podemos dejar de sentir lo mismo que en aquellos momentos. La primera declaración, la primera reacción, la primera vez que me di cuenta. Tal día como hoy. Pasando frío y sintiendo un calor sabiendo perfectamente de dónde venía. Una puerta que se abría. O que ya estaba abierta más bien. Recordar la segunda vez, cuando todo había vuelto. Cuando todo, una vez más, volvía a ser increíble. Recordar el tercer año, cuando el día no terminaba ahí y las sorpresas a las que entonces nos agarrábamos estaban presentes, a partir de cuando todo empezaría a cambiar, otra vez. Recordar el tercer año, cuando tenía al lado algo más que una butaca ocupada. Cuando completamos el cuadro de apoyar a los que queríamos que ganaran aunque en realidad sabíamos que los que ganaríamos seríamos nosotros. Y recordar esta vez. El diluvio más grande visto en años. La neblina que se confunde con gotas de lluvia. El clima asturiano que se presenta en Madrid haciendo algo más que mojar un partido. Mojar recuerdos, que están húmedos, que no se secan. Y que como el tiempo en Asturias vuelve cada 24 horas como mucho.
Besitos
B