Para alguien con buena memoria es muy difícil de olvidar todo. Lo bueno y lo malo. Pero es curioso como con el tiempo aunque el dolor no se vaya las cosas se suavizan y poco a poco dejan de molestar, que no de importar. Día 13, día no apto para volar o empezar algo. No. Día de volar, de empezar algo o de terminarlo, pero de vivirlo. Día de recordar también, cómo no. De pensar en 365 días atrás. 366 si tenemos en cuenta que este año ha sido bisiesto. De revivir cada momento de aquella fatídica semana que tenía todo el rato una parte buena, la misma, la que ya no está. Con la que ya no se sabe qué ha pasado. Quizás porque no tenga respuesta. Quizás porque no tenga explicación. Quizás porque no tenga sentido. Quizás porque no tenga ganas ya de saberlo.
Besitos
B