Hay días que cambian enteros por un segundo, un momento, algo que nos han dicho, que hemos oído o que ha pasado, y que tienen la capacidad de cambiar el rumbo de ese día, por pequeños que hayan sido los motivos. Pero nunca se sabe cómo va a amanecer al día siguiente. Quizás nos pasemos la noche pendientes de algo que no tiene remedio y al entrar la luz por la ventana se escriba nuestra cama la lista de cosas que nos van a pasar ese día. Aunque como estaremos durmiendo o demasiados preocupados intentándolo, no las veremos. Entre otras cosas porque la única manera que tenemos de verlas es cuando estén pasando o cuando ya hayan pasado, en caso de que sean tan increíbles que no nos las creamos en el mismo momento.
Besitos
B