Todo lo que rodeaba a Marilyn se convertía en mito. Pero el vestido blanco que la catapultó a lo más alto del cine y del recuerdo de todo el mundo fue el que lució en "La tentación vive arriba", película dirigida por Billy Wilder en 1955.
Norma Jeane Baker Mortenson, conocida con su pseudónimo, Marilyn Monroe fue una de las actrices más reconocidas del mundo que participó en una treintena de películas. Pero de todos los estilismos que usó, sin duda el que más destacó en esas apariciones fue el que diseñó William Travilla para la famosa escena de la citada película en la que el aire procedente de una rejilla en el suelo de la calle levantaba la falda de la actriz al paso del metro, mientras ella se tapaba con gracia, con unas sandalias también blancas y su interminable sonrisa.
El modisto, quien desde 1952 era el diseñador de cabecera de la actriz dijo lo siguiente: «Quería que Marilyn pareciese fresca y limpia en el calor de Nueva York, pero también guapa, divertida e inocente, casi ajena a su atractivo».
El famoso vestido de color blanco y escote halter, con la espalda descubierta y la falda evasé plisada, se convirtió a partir de ese momento en todo un icono imitado por todo el mundo, hasta convertirse en el vestido más caro de la historia del cine. Los 5.520.000 millones de dólares que cuesta, más de cinco millones de euros, lo demuestran.
La obra de Travilla alcanzó esa cifra cuando volvió a salir a subasta en 2011 después de que el estudio lo vendiera a Debbie Reynolds quien lo subastó por primera vez.
El movimiento del vestido que cautivó al mundo hizo que la escena fuese grabada diez veces delante de los neoyorkinos, lo que no era sin embargo más que un método de publicidad, pues la escena final que aparece en la película fue rodada en un estudio.
Os dejo el vídeo con la escena de la película.
Besitos
B