La Mercedes Benz Fashion Week Madrid cerró su 61ª edición con el EGO. Los nuevos diseñadores vienen pisando fuerte y me siento muy afortunada de poder haber estado allí y ver alguno de esos desfiles en directo.
Para mi fue muy especial puesto que ni tan siquiera sabía que iba a poder entrar y me encantó ver por primera vez una pasarela de verdad de cerca, con sus modelos, sus trajes, sus filas de focos interminables, los cámaras haciendo uso de sus espectaculares objetivos para no perder detalle de lo que allí sucedía...
Me sentí una intrusa que no sabía de dónde había llegado pero que estaba allí, disfrutando como nadie de ese momento.
Me vino a la cabeza la primera vez que estuve cerca de una pasarela, cuando pude vivirla tanto desde detrás de las cámaras como desde encima de ella. Pero aquella era nuestra. Me acordé de la ilusión y el empeño con el que trabajamos todos para que aquello saliera bien. Siempre tuvimos claro que era algo muy pequeño, una simple práctica de clase. Ahora que he visto una pasarela de verdad tengo que decir que a pesar de las diferencias obvias, no es tan distinto en cuanto a metodología.
La verdad que hay veces en que las cosas salen bien sin ni siquiera planearlo y lo que puede empezar como un simple día cualquiera, lluvioso y triste a más no poder, puede terminar siendo un día para recordar. Seguramente, a finales de año me acuerde de este 11 de febrero y sonría pensando que fue, sin duda, uno de los mejores que he vivido.
El primero de los desfiles que vi fue el de Jessica Conzen que presentó originales crop tops, pantalones de cuero, prendas de flecos y colores estridentes como el naranja.
Como me pilló todo un poco de sorpresa no fui muy preparada así que las fotos que os dejo no tienen apenas calidad ya que las hice con el móvil. Para el recuerdo :)
Con la ilusión y esperanza de que haya sido la primera pero no la última vez que vivo algo parecido de cerca, me despido por hoy.
Besitos
B