Cuando pasan las Navidades todo lo que nos queda para entretenernos en los meses de enero y febrero es hacer viajes a la nieve -los cuales no todo el mundo puede permitirse-, pensar en el verano o en la próxima Navidad -lo cual no es nada productivo porque por mucho que nos engañemos para ambas fechas queda mucho tiempo-, y dedicarnos a seguir la temporada de premios de cine, con su correspondiente lluvia de cultura y glamour.
De todos, los más importantes que tenemos en España son los Goya, que podemos disfrutar en TVE cada año por estas fechas, para deleitarnos con los elegidos por la Academia del cine y de las artes cinematográficas como las mejores películas, actrices, actores y demás profesionales del mundo audiovisual.
El sábado 25 de enero se celebraba en Málaga la 34º edición de los premios Goya que comenzó a las 22:00 h de la noche sobre el escenario y unas horas antes sobre la alfombra roja por la que pasó lo más selecto del panorama cinematográfico español.
Las películas favoritas de la noche eran Dolor y gloria, dirigida por Pedro Almodóvar y que ya opta a los Oscars, y otras películas como Mientras dure la guerra, de Alejandro Amenábar o La trinchera infinita, con destacadas referencias a sus actores.
El primer premio de la noche fue para una recién llegada al mundo del cine, Benedicta Sánchez, una mujer gallega que ha ganado a los 84 años el Goya a Mejor actriz revelación por su primera película, Lo que arde, cinta dirigida por Oliver Lae que también ganó el premio a Mejor Fotografía.
Unas horas después, ya que la gala duró cerca de cuatro horas, Julieta Serrano le quitaba a Benedicta el récord de actriz con más edad en ganar un Goya, al hacerse con el premio a Mejor actriz de reparto por Dolor y gloria, donde interpretaba a la madre de Pedro Almodóvar en su etapa anciana. En su etapa adulta era Penélope Cruz la que se encargó de dar vida a la madre del cineasta, papel por el que también estaba nominada a Mejor actriz. Un premio que esta noche fue a parar a manos de una emocionadísima Belén Cuesta, que recogió el galardón por La trinchera infinita aguantándose las lágrimas.
En el apartado de Mejor Actor Revelación Enric Auquer se hizo con el premio por Quien a hierro mata, hecho que dejó sin premio a otros candidatos como Nacho Sánchez, quien está espectacular en la cinta de Daniel Sánchez Arévalo, Diecisiete -disponible en Netflix-.
El Mejor Actor Secundario de esta edición fue Eduard Fernández, por Mientras dure la guerra. El actor también es parte del elenco de La hija de un ladrón, donde la actuación de Greta Fernández le valió una nominación a Mejor actriz -son padre e hija- categoría en la que compartía espacio con Marta Nieto, nominada por Madre, papel que aunque no le dio el Goya ya le ha dado otros reconocimientos antes, y las ya mencionadas Penélope Cruz y Belén Cuesta.
La parte final de la gala anunciaba un montón de emociones que se hicieron patentes cuando Pedro Almodóvar tuvo que subir en varias ocasiones al escenario para recoger su Goya a Mejor Guión, Mejor Dirección y Mejor Película. Momentos que acompañó de emotivos y concisos discursos en los que destacó que Dolor y gloria es su película más especial y que el cine ha sido todo en su vida, tanto como espectador como director. Otro de los momentos más emotivos del final de la gala lo protagonizó Antonio Banderas, quien ganó el esperado Goya a Mejor Actor -ya contaba con el Goya de Honor-. Sus palabras de agradecimiento a Pedro, a todos sus trabajos juntos o las lágrimas de Leonardo Sbaraglia, compañero de reparto en Dolor y gloria, fue de lo mejor que tuvo la noche. El reconocimiento a Banderas llegó a pocos días de que se celebren los Oscars, donde también está nominado a Mejor Actor y donde Pedro Almodóvar acudirá para ver si se lleva el Oscar a Mejor película de habla no inglesa. Por cierto que en la alfombra roja previa a la gala del sábado supimos que Penélope también estará en la noche de los Oscars, puesto que Pedro se aventuró a decir que será ella quien entregue el premio de la categoría en la que está nominado. Almodóvar demostró que detrás de un semblante serio además de talento hay naturalidad.
A falta de candidatas femeninas en la categoría de Mejor dirección, Belén Funes se alzó con el premio a Mejor Dirección Novel que agradeció a Greta Fernández diciendo: "No sé qué habría hecho si no te hubieras cruzado en mi camino".
Entre medias de tanto premio hubo música, bromas que pocos pillaron y menos rieron, hubo mucha gente pasando por delante de la cámara, fallos de señal, discursos demasiado largos, momentos confusos, como el que protagonizó una actriz vestida de activista para proteger el medio ambiente que hizo dudar a más de uno de si se trataba de una actuación o de la realidad, y hubo alguna que otra reivindicación.
La noche fue larga, según para quien cuenta la versión. No se sentirá igual desde el sofá de casa que desde una butaca -que por cierto no tenían pinta de ser muy cómodas para aguantar tantas horas en ellas-, cuando eres una de las pocas personas nominadas de todo un país entero, lleno de gente que comparte tu profesión y que no tiene ni siquiera trabajo.
Pese a todo, la noche del cine español volvió a ser el evento de la semana, volvió a celebrar que se sigan haciendo películas de calidad, o que se sigan haciendo películas, y supongo que volvió a dar esperanzas para quienes sueñan con estar ahí y todavía no saben -ni se imaginan- que algún año lo estarán, como les ocurrió a muchos de los asistentes a esta gala, que dieron vida a momentos de ilusión y esperanza que se repiten año tras año.
Besitos
B